sábado, 25 de diciembre de 2010

Los que se van

Hace pocos meses se marchó una de mis primas a trabajar a Londres. Casi al mismo tiempo, me enteré de que una de mis viejas amigas del colegio se acababa de marchar a una localidad cercana a Londres a trabajar. El hermano de un amigo mío está ahora en Francia, pasando las pruebas de ingreso en el ejército francés.

Mi primer contrato de trabajo lo conseguí en Valencia en 1994, justo con la otra crisis. Ahora no encuentro trabajo de ninguna de las maneras.

Me pregunto si esta vez no me tendré que marchar más lejos y si me dará tiempo de terminar de estudiar la carrera. De momento, no quiero tomar ninguna decisión hasta que no termine este curso.

jueves, 16 de diciembre de 2010

¡Qué cabreo llevoooooooo!

Hoy me he equivocado en un examen de matemáticas al copiar unos números de la pizarra a mi hoja. El procedimiento lo tengo bien, el resultado (con mis giros extraños) está bien, pero como no coincide con lo que tiene que dar... ¡mieeeeeeeeeeeeeeeeeerda! no me lo va a valorar como bien.

El segundo problema no sabía hacerlo hasta el final. A eso he ido con resignación.

Había conseguido levantar la asignatura de matemáticas con los últimos resultados y ahora ya veremos si este examen me hace media (para participar en el 50% que ahora han establecido con Bolonia).

Tengo un cabreo y una frustración encima monumentales.

jueves, 9 de diciembre de 2010

9 de diciembre

Cuando me iba a acostar, he recordado que hoy hace dos años que salió mi sentencia de divorcio. ¡Qué rápido pasa el tiempo! ¡Cuántas cosas me han pasado en tan poco tiempo!

He recordado cuando estaba casada. Lo cierto es que últimamente siento nostalgia de la vida que llevaba cuando estaba casada. No echo de menos a mi exmarido, pero sí mi vida de antes, hasta incluso, la persona que yo era hace unos años. Hay gente que dice que estoy mejor, pero yo noto mi vida incompleta. Quizás es porque estoy en el paro y he tenido que volver a vivir en casa de mi madre.

Reconozco que tengo momentos en los que me gustaría volverme a casar. Le doy unas cuantas vueltas y me pongo a soñar: los vestidos de novia, maquillaje, peinados, complementos, ¿ayuntamiento o iglesia?, banquete, flores... pero al final, siempre llego a la misma conclusión, creo que volvería a hacerlo como la primera vez: en el Registro Civil, con el traje de chaqueta que usaba para determinadas entrevistas, y luego a tomar un aperitivo con los poquitos que hayan podido venir. Lo único que sí cambiaría es que me iría a la peluquería, pediría un maquillaje profesional y me compraría un buen traje de chaqueta o un vestido corto, unas medias bonitas y unos buenos zapatos.