Pues eso, que he aprobado matemáticas I y derecho de la empresa. Al final, en la que menos nota he sacado (5,9) ha sido en introducción a la microeconomía, precisamente una de las que más me ha gustado.
Como soy muy desconfiada, hasta que no desaparezcan los asteriscos de las notas de mi expediente, no lo daré por zanjado todo. Oficialmente, ya tengo 18 créditos aprobados del grado de ADE, aún falta que desaparezcan dos asteriscos para que se conviertan en 30.
Aprobar mates y derecho me dio subidón y ánimo. Además, esta semana he tenido una entrevista de trabajo para dependienta en una tienda. Hacía casi un año (creo) que no tenía ninguna entrevista. Le he dado muchas vueltas a esta oferta y si me llamaran para trabajar, aunque suponga hacer casi imposible ir a clase, he decidido que sí aceptaré en caso de que les haya gustado en la entrevista, porque llevo demasiado tiempo sin trabajar y necesito incorporarme a la rueda de nuevo. Desearía que si me llamaran para trabajar, también se sintieran satisfechos con mi trabajo.
Esta semana también he visto por fin al cirujano y ya me ha comunicado que son dos operaciones lo que me tienen que hacer. Una de un problemilla que tengo desde niña y que en octubre del año pasado se me complicó de repente; la otra es porque esperando esa operación, me ha salido una cosa nueva en la misma zona; así que, cuando tuve la entrevista de trabajo, lo de las operaciones no paraba de darme vueltas por la cabeza, pero como no me preguntó nada el entrevistador y estoy cansada de adelantar acontecimientos, preferí no comentar nada. Si me cogen, ya veré qué hago con las operaciones, si sólo me opero de una cosa o qué.
De hombres sigo en la misma línea en la que entré hace unos meses: no hago nada, porque no tengo ganas de conocer a nadie nuevo. Tampoco tengo ganas de acoplarme a los ya conocidos.